En la cría de este delicado animal debemos conocer la importancia de los minerales en su desarrollo, pues, para las distintas actividades que desarrolla, es muy importante la osificación de su esqueleto para cumplir con su cometido.
El caballo desarrolla totalmente su esqueleto a los tres años de edad, y para que llegue a término convenientemente, debemos ayudarle en su mineralización. Los caballos, sean los utilizados para el trabajo con el ganado, los que participan en las distintas modalidades deportivas, los que se utilizan para el tiro pesado –o para el tiro liviano, como hoy los vemos por las calles de nuestro país–, pierden mucha energía y sudan mucho.

Los caballos pertenecen al escaso grupo de animales que sudan en todo el cuerpo; el sudor constituye en ellos una especie de mecanismo de termorregulación, y ocurre del siguiente modo: la sangre bombeada por el corazón hacia las zonas cercanas de la piel hace que se libere agua y sales minerales, lo que permite que la temperatura de estos animales descienda. Esta pérdida de agua va acompañada de sales minerales, esenciales para la transmisión de los impulsos eléctricos a las masas musculares, por lo que, si no las compensamos, ocasionará una pérdida en su capacidad para utilizar las fibras musculares en el ejercicio que deban desarrollar.

El sudor de la mayoría de los caballos solo moja todo el cuerpo, lo que apreciamos con nuestra vista, o mojamos totalmente nuestra mano si la pasamos sobre su cuerpo; pero los caballos de carrera, después de una dura competencia, amén de mojado, presentan en la superficie del cuerpo una cantidad considerable de espuma blanca, lo que nos indica la pérdida de gran cantidad de sales minerales, y esta secreción es albuminosa.

CANTIDAD DE SALES
QUE NECESITAN LOS CABALLOS

Por eso, para poder balancear la nutrición en los equinos, debemos saber que el caballo necesita ingerir diariamente entre 30 a 40 mg de calcio; 20 a 25 mg de fósforo; 8 a 20 mg de magnesio; 20 a 70 mg de sodio; 50 a 100 mg de potasio; 10 a 126 mg de hierro, 0,2 a 0,3 mg de cobre; 0,8 a 1,0 mg de zinc; 0,4 a 0,8 mg de manganeso, 0,001 a 0,002 mg de cobalto, 0,002 a 0,006 mg de yodo, y 0,002 a 0,004 mg de selenio. Debemos tener en cuenta lo mencionado y suministrarles a los caballos diariamente estas sales tan necesarias para su desarrollo.

Los minerales constituyen biomoléculas inorgánicas, o sea, son elementos químicos indispensables para el normal funcionamiento metabólico. El líquido circulante entre los distintos compartimientos corporales contienen electrolitos, o sea, partículas minerales en solución, y así, los cambios internos y el equilibrio acuoso dependen de su concentración y de su distribución.

CLASIFICACION DE MINERALES

Los macrominerales, o minerales mayores, a los cuales el organismo de los animales los requieren en cantidades mayores, siendo los principales calcio, sodio, potasio, fósforo, magnesio y azufre.

Los microminerales, o minerales menores, a los cuales el organismo de los animales los necesitan en cantidades menores, y los principales son hierro, cobre, manganeso, yodo, cromo, cobalto, zinc y selenio.

PRESENTACION DE SALES

Las sales minerales están presentes en los seres vivos en las formas siguientes: 1) precipitadas, 2) disueltas en forma de iones, 3) correlacionadas a moléculas orgánicas.

Las precipitadas: estas son formadas por la unión de un ácido con una base, liberando agua. Estas forman estructuras duras que les proporcionan firmeza o protección a los que las poseen, como ser las conchas de los moluscos y el caparazón de los esqueletos; y están constituidas por los silicatos, el carbonato de calcio y el fosfato de calcio. Este último es el más importante para nosotros, pues se halla presente en el esqueleto de los vertebrados, y en los dientes.

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