Los buenos criaderos se hacen con buenos vientres, es decir con yeguas de cría de buena calidad, bien conformadas y de buenas líneas genéticas. Por esto, la yegua de cría es la razón de ser de todo criadero y el éxito de la crianza está en el buen manejo del animal en cada una de sus etapas.

Cuando la yegua de cría, preñada, va llegando a la fecha posible de parto, a pesar de su buena apariencia externa, el potro en crecimiento va demandando más y más reservas de su cuerpo. Esta condición no desaparece con el parto, sino que como sucede con cualquier madre, en ese momento es cuando comienza el trabajo de verdad.

Las etapas tempranas de la gestación, cuando el feto tiene tamaño muy pequeño, no son difíciles para la yegua promedio, pero esa situación empieza a cambiar radicalmente a medida que ésta entra a sus 110 días finales de gestación, es decir el último tercio de la gestación.

El peso de una yegua se incrementa en una cantidad igual al peso del potro al nacer más el peso de la placenta y los fluidos uterinos, generalmente 9 -12 % del peso original de la yegua, solamente por su gestación, sin considerar su aumento de peso por mejoría de la condición corporal.

Nutrición para las futuras madres

Aunque en las etapas tempranas de la gestación, una yegua debería ser alimentada como cualquier otro caballo adulto de acuerdo con su intensidad de trabajo, es importante mantenerla provista de comida de alta calidad para facilitarle el almacenamiento de reservas corporales, con el fin de que tenga disponible para las arduas exigencias de la lactancia.

Sin embargo, es importante no dejar que se vuelva obesa, ya que puede tener problemas en el parto, producir potros pequeños y débiles y disminuir su producción de leche, lo que trae como resultado una tasa de crecimiento más lenta para el potro.

Igualmente, la yegua flaca puede tener potros más pequeños, producir menos leche y tener menos probabilidades de seguir el ciclo reproductivo normal después de parir.

La suplementación adecuada de la yegua será decisiva en la vida futura de su cría. Si se presentan deficiencias de elementos como las vitaminas A, E y Selenio, que están muy ligados con la función reproductiva en las yeguas, es muy probable que se reflejen en el potro antes de un mes de edad.

Según investigaciones recientes, la deficiencia de Cobre en la dieta de la yegua, está muy ligada a la presentación de enfermedades ortopédicas en sus potros, por lo tanto las reservas de este elemento, así como las de Calcio y Fósforo las debe adquirir desde su vida intrauterina y más importante aún que su cantidad es la proporción entre ellos.

http://practiequinos.com/articulos/item/4-la-alimentacion-de-la-yegua-y-su-cria.html

 

 

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